lunes, 28 de abril de 2008

Tierra Santa

Israel cumple años. Palestina está de entierro. Cuatro niños. Y cientos en la memoria. Y autobuses. E inmolaciones. Y misiles. Y Gaza. Y aquel padre llorando, pidiendo el cese de los disparos. Y el ojo por ojo. Y la venganza. Y el odio. Israel ha perdido la guerra. La perdió hace mucho. Todos han perdido. No hay victoria en Tierra Santa. Israel no aprendió por qué su bandera es blanca. Su contundencia no hace más que alimentar el odio de una etnia que cree en la guerra como sendero hacia el cielo. El odio es un arma. Y nadie la desactiva.

Decía que Israel ha perdido. La derrota es multiplicar las razones de un enemigo que quiere verte muerto. Nadie tiende la mano. Difícil es mi censura. Hay miedo. Hay miradas apartadas al chocar la mano, y directas a los ojos en el desafío. Se pide Estado Palestino, pero Palestina sigue sin Estado. Un tren que se aleja. No hay caminos que recorrer. Escasea la ayuda. Jerusalen en medio. Ironías de la vida. Tierra santa, y santa es la guerra y no la paz. Demasiada sangre para ser limpiada. Y nadie limpia. Ensucian. Hamas odia. Se prepara. Ataca. Israel responde. Muerte. Ojo por ojo. ¿Alguien llamado Gandhi? ¿Jesucristo? Y Poncio Pilatos lavándose las manos. ¿Asumiría Obama, o el que sea, su responsabilidad en el Mundo? ¿Asumirá Israel que sólo a través de la derrota alcanzará la victoria? ¿Asumirá que un paso atrás es el necesario para avanzar? ¿Entenderían los palestinos ese paso? ¿Es su odio irrefenable?

No entiendo qué ocurre. Siento el desorden. Pensamientos sin patrón, sin reflexión. No la tengo. Sé que en Jerusalén hay un corazón que late, y que si deja de latir habrá Guerra. Y que la Guerra avanzará. Pero también sé que puede haber paz. Es tan tarde como pronto para perdonar. Siempre lo fue. No soy judío ni islamista. No soy de Gaza. No soy israelí. No soy palestino. O sí. Soy tu. Soy él. Soy yo. Así debería ser.

miércoles, 23 de abril de 2008

El Ocaso de Operación Triunfo

Tras convertirse en uno de los mayores fenómenos sociales que ha dado la televisión de este país en su historia, Operación Triunfo inició una carrera autodestructiva que le ha llevado a la autoparodia. Comenzó con una explotación sofocante de lo que funcionaba, continuó con una fagocitación de sus principios, y puede terminar como una deplorable caricatura. El declive lo pudimos ver ayer. Hartos de disfrazar la realidad tras la presunta dedicación a lanzar carreras musicales, el programa de Gesmusic ha dado paso a un reality en el que cantar, pese a lo anunciado, es lo de menos.

En las primeras ediciones del programa, el programa parecía querer sustentarse alrededor de la evolución musical de sus concursantes. Enganchaba ver el aprendizaje de Bisbal y compañía. Aunque no gustara su música, televisivamente podía tener gracia. "Queremos crear artistas" . Así, al menos, nos vendieron Operación Triunfo. Bastaron un par de ediciones para desengañarnos. El largo plazo dejó de importar. El apoyo a los artistas desapareció. "Os hemos regalado hora y media semanal de televisión en prime time para que os conozcan. Ahora, apañaros solos" Sin recursos, expuestos al mercado como lo que son -intérpretes decentes con limitadísima capacidad creativa o artística-, casi nadie ha sobrevivido. Tan sólo el programa.

La actual edición de Operación Triunfo ha rizado el rizo. Afirmamos que ha prescindido de la música. Es paradójico, pero real. Tal vez haya prescindido siempre. Un programa musical en el que la personalidad está penada de muerte está mandando un claro mensaje. Se prefiere a un mediocre mediático que a un talentoso con poco amor por las cámaras. Ayer vimos un ejemplo. Empecemos por la estructura. Gala tediosa. ¿Música? Se ventilaron las actuaciones en un momento, sin apenas pausa entre ellas. "Sigan pasando y canten, hasta que llegue lo bueno" Tal vez era algo premeditado. Los concursantes cantan poco. Igual dentro de dos meses mejoran, pero nadie arriesgaría su fortuna por ello. Las actuaciones se dividen entre correctas, discretas, malas y lamentables. "El casting fue lo que fue, y esto es lo que podemos presentar". 16 chavales que aguantarían el tipo en un karaoke, pero que lo tienen crudo para emocionar a nadie sobre un escenario. ¿Cómo se nutrió el programa? Que le pregunten al pobre Jesús Vázquez. Ayer, pudimos verlo como repartidor de libros, como Cupido, como publicista constante de toda marca conocida y, en el momento más surrealista de la noche, vendiéndole un coche a un chico de 16 años. Sí, 16 años. 10 años de carnet, supongo.

¿Qué queda de todo esto? Risto Mejide. La estrella del jurado. Alguien tan aficionado a la palabra producto ha aprovechado la oportunidad para crearse uno a su antojo. El gran producto de Operación Triunfo sigue siendo él. La audiencia que aguanta hasta el final del programa le espera a él, repartiendo estopa e intimidando a los concursantes como Gargamel a los Pitufos. Sus comentarios no dejan títere con cabeza. ¿Brillante? Es facilón, evidente. Se limita a decir con cierto estilo lo que cualquiera pensaría. ¿Necesario? Seguro que no pero, intuyendo que a Operación Triunfo le queda escasa vida, es el único activo que le queda al programa. Ayer, atacó al propio concurso desde dentro, cuestionando la credibilidad del mismo. Puso en entredicho la estructura de la gala, su horario, su repertorio y hasta al presentador. Tal vez esté arriesgando demasiado. El tiempo lo dirá.

PD. El lunes pudieron asistir a la final de otro experimento de la familia: Tienes Talento. Puse el televisor con cierto recelo, pero me llevé una sorpresa. Ofreció en una hora lo que Operación Triunfo no ha querido mostrar en seis ediciones. Emitió, en horario prime time, decentísimas interpretaciones de música clásica, teatro artístico, poppin', lírico, o flamenco. Incluso hubo espacio para la música contemporánea. Aunque también sea televisión, algo de arte no viene mal, para variar.

lunes, 21 de abril de 2008

Coixet y yo


Uno de los mayores desafíos al que puede enfrentarse un autor es adaptar la creación de un semejante. Cuando un director de cine elige una obra literaria como base, se enfrenta a un doble reto: debe respetar la esencia del original sin dejar pasar la oportunidad de rociarla con su propio estilo. Algo así debió pensar Isabel Coixet cuando cayó en sus manos la posibilidad de adaptar "El Animal Moribundo", de Philip Roth.

¿Quieren que les sea sincero? Desconfío de Coixet. Aun reconociendo su valía como directora, hay algo en ella, en sus obsesiones, que ponen cada una de sus películas caminando sobre un estrecho alambre. Unos vieron poesía en "La Vida Secreta de las Palabras", pero yo acabé abrumado ante tanta melancolía. Ello me hizo titubear antes de elegir Elegy. Entré pronto en la sala. Casi media hora antes. Esperé viendo como se llenaba la sala. Sí, se llenó. Isabel Coixet ya es Isabel Coixet, y no sólo una directora.

Desde que empezó el film, me sorprendí buscando a Coixet. Al finalizar la película, me di cuenta que había fracasado. La encontré en algún pasaje. Pequeños pecados. Demasiado pequeños. Algún desliz para enfatizar lo evidente, pero nada importante. Lo meritorio es que Coixet está sin estar. Aparece sin aparecer. Parece fácil, pero no lo es. Hablemos de bondades. En Elegy, la directora catalana lleva a cabo un meritorio ejercicio de mesura, contención y elegancia, atrae la historia hasta su propio terreno, y transforma una historia carnal y algo cínica en un delicadoo retrato sobre la paradoja del amor sin edad.
Les confesaré algo. Buscando a Coixet, encontré a Penélope Cruz. Hablando de desconfianzas. Recuerdo a la Penélope que llegó a Hollywood. No entendía nada. Yo no veía la grandeza. Tuvo que llegar Volver para dejarme boquiabierto. Pe ha madurado. Es más austera y encantadora que nunca. Se crece en el primer plano. Le basta decir "I'm happy" para enamorar a un gran Ben Kingsley. No hacía falta, pues llevaba un buen rato postrado a sus pies. Pero qué forma de decir dos palabras. Y no sólo cae Kingsley. Cae el cámara, cae el de al lado; caigo yo mismo.

Es difícil describir Elegy sin narrar paradojas. Hay muchas. El profesor cínico enamorado. El cazador cazado. La juventud madura y la vejez inmadura. El inglés en América. Coixet y Roth. Coixet y yo. Al final, aparece la muerte. Como en toda obra de la directora catalana. Tiemblo, pero acabo respirando. No se le va de las manos. Fin. Enhorabuena, Isabel.

domingo, 20 de abril de 2008

Pan Rancio

Sábado. Llegamos al restaurante. Lleno. Somos 5. Viene el Maitre. -"Media hora, tres cuartos"- Esperamos en la barra, charlando, sin bebida. Echo un vistazo. Tres mesas al alcance de mi mirada. En la esquina, un grupo de mujeres. Un cumpleaños. Tanga y ligero de regalo. Fotos. Posturas. Al la izquierda, una familia. Son 4. No hablan, sólo comen. Tal vez esperaron una hora. En medio, una pareja. Frente a frente. Ante mis ojos, ella y su rostro. Es bella. Atrapa la mano de su acompañante. Le sonríe, con una expresión que mezcla magia y deseo. No cenan; preparan el postre. Vuelvo a la barra. Nos rodean varias personas. A la izquierda, tres casados sin pareja, como ellos se definen. Preparan un viaje a Mallorca. Sin pareja, por supuesto. Hablan de borracheras. Supongo que sin pareja. A la derecha, dos hombres hablan sobre el cuerpo de seguridad. Les acusan de vicios. Uno aprovecha para confesar el suyo. Dice que le encantan las mujeres. Reconoce infidelidades. Se van; ya tienen mesa. Llegan cuatro chicas. Veintitantos, quizás treinta. Beben vino blanco. Las llaman. Nos queda poco.

Nos sentamos a cenar. Ha pasado ya una hora desde que entramos. Tenemos hambre. Pedimos. Llenan nuestros vasos de vino y agua. Nos traen pan. Del día, pero de hace horas. Está rancio. Traen aceitunas. Reparo en el restaurante. Es elegante, con el blanco como bandera. Mesas blancas, paredes blancas, sofás blancos, sillas blancas, camareros vestidos de blanco. Fotos en blanco y negro en las paredes. Fotos de fotógrafos captando algo. A nuestro lado, las cuatro jóvenes. Una yace bajo una capa de bronceado. Todas brindan. Vino y cava. Nos traen la comida. Decepciona. Nos traen el postre. Cumple. No dejamos propina. Bueno, sí. 10 céntimos. Que no se quejen. 1,85 por panecillo. Creo que no volveremos. Una hora de espera para comer pan rancio. Y eso que no hablé de la ensalada. Bon apetit.

sábado, 19 de abril de 2008

Olvido

En el camino del olvido asaltan a indigentes. Me asaltan a mí. Son esencias, imágenes, sonidos. Son recuerdos. Son sicarios que me apuntan a sangre fría, sin compasión. Ayer fue una melodía, hoy un perfume gélido, sacado de un bosque escandinavo con la aprobación de Odín. Sigo adelante, sabiendo que no puedo mirar atrás. Soy como Bastian perseguido por la nada. Camine, no mire atrás. No veo el fin, ni el horizonte. Sé que duelen los pies, que hay piedras, que mis sandalias fueron masticadas hace semanas. Sé que me persiguen las sombras, que me adelantarán y me harán desandar lo andado. Sé que el olvido es el más oscuro de los imposibles. Sé que es una tormenta en medio del mar. Sé que naufrago. Y que no hay asidero a la vista.

miércoles, 16 de abril de 2008

Rutina

Tal vez lleve viéndola 2 años. Los que llevo haciendo el mismo recorrido. Nunca me fijé. Ni la primera vez, ni la segunda, ni la décima. Fui consciente un día que faltó. Miro el reloj cuando la veo. Siempre son las 7:30 de la mañana. Es puntual, y espera el siguiente tren apoyada contra la pared, en el este del andén. Es la rutina. La suya y la mía. Lo era hasta hace dos días. Ese día no la vi por la mañana. O la vi y no la vi. O cogí el siguiente tren. Lo olvidé al momento.

Llegó la tarde. Tocaba renovación de DNI. Hay colas, aunque vamos mejorando. Estoy sentado; espero. De pronto, entra. No puede ser. Lejos de casa. Lejos de la parada. Y no son las 7:30. ¿Ella también debe renovarlo? Me siento tentado a ir hacia ella. ¿Por qué insistes en formar parte de mis días? ¿Por qué no dejarlo morir sin que aparezcas? Pasa el rato, llega mi turno. Vuelvo a olvidar.

El día siguiente, vuelve a faltar. Pocas horas desde la última vez. Tal vez forme parte del juego. Vuelve a pasar el día, hasta que llegan las 5 de la tarde. Salgo de casa. Bajo unas escaleras. Alguien las sube. Es una chica. Voy a cruzarme con ella. Levanto la mirada. Me la devuelve. Nos conocemos sin conocernos. Ella de nuevo, tejiendo la costura que faltaba en mi rutina.

¿Volveré a verla en medio de ninguna parte?

martes, 15 de abril de 2008

Rebobine, por Favor

Basta un recorrido por la filmografía de Michel Gondry para ubicarle entre aquellos directores que se han tomado el cine como un mecanismo para reflexionar sobre los entresijos de la mente. La reciente Rebobine, por favor podría parecer un alejamiento de esta tendencia, pero en Arquero Urbano estamos convencidos de lo contrario.

Rebobine, por favor es una cinta repleta de sensaciones. Destapar el pequeño tarro que contiene su esencia deviene inspirar aroma a nostalgia, a comunión, a recuerdos. Otra vez los recuerdos en el cine de Gondry. Resumamos el argumento. Mike (Mos Def) se encarga de custodiar el videoclub en el que trabaja, en ausencia del viejo Fletcher (Danny Glover). Su amigo Jerry (Jack Black) sufre un accidente, del que sale magnetizado y, al entrar en el videoclub, borra el contenido de todas las cintas. Una clienta quiere ver Cazafantasmas. La quiere para las 7 de la tarde. Mike y Jerry hallan la solución. -Grabémosla nosotros-. La clienta la ve. Le encanta. La voz se corre. Mike y Jerry hacen su particular "remake" de todo el catálogo, hasta alcanzar, en tiempo record, el estrellato.

Semejante puesta en escena lleva a Rebobine por favor a un delirante recorrido por algunas de las más preciadas joyas del cine de los 80, pero creo que esto no es más que una excusa para llenar la pantalla de señales. Gondry busca al espectador, sabedor que éste se interesa igual por un video casero colgado en Internet que por una película de 2 horas. El poder de la creación, en nuestros días, ha roto las barreras del origen y el destino. Todos como espectadores. Todos como creadores. El éxito de las versiones caseras de Mike y Jerry constatan un homenaje al cine artesanal enfrente del colapso digital que parece vivir la industria. La resistencia del barrio ante la caída del videoclub no es más que un homenaje al cine como ensamblador perfecto de la humanidad. El cine, en Rebobine por favor, es un canto a la creación espontánea, una reivindicación del autor, y un homenaje al cine que, a servidor, le llevó a los inolvidables últimos minutos de Cinema Paradiso.

Dijimos al principio que Gondry sigue rastreando en la mente. Igual que Jim Carrey se resistía a olvidar a Kate Winslet en Olvídate de mí, los personajes de Rebobine, por favor se resisten a olvidar qué les hace felices. La felicidad puede estar en un videoclub, en una película aparentemente impresentable. Ninguno de ellos olvidará que descubrió el cine hace mucho; en los 80, en los 70, o tal vez mucho antes. Y, por supuesto, ninguno de ellos olvidará recordar la noche en la que vieron juntos, por primera y única vez, su particular obra maestra. Aunque haya que rebobinar para volver atrás.

viernes, 11 de abril de 2008

Las 4 de la mañana

Madrugada. El taxista vio algo tapado; tal vez un muerto. Barrio tranquilo, le dije yo. Miro fuera. Ya no hay perlas de agua en las que verse reflejado. Ni hilanderas tejiendo alfombras ante mi paso. Las gotas llovidas se van secando. Las mismas que recibí sin protegerme, y me mojaron libremente. Ya no queda la noche, que anuncia el fin. Ni el día, que aún no ha llegado. Sólo quedan las 4 de la mañana. Sólo la ceniza de algo que parece la nada. Una noche más. Sólo yo. Sólo una voz apagada. Sólo escribir. Sólo leerme y asustarme. Sólo mañana siendo el hoy de la nada. Sólo mirar alrededor y rogar un fin. El fin de algo que sólo sé yo. El fin de la nada.

Me despido desde la capital de la nada. En mi reloj dan las 4. Buena nada.

martes, 8 de abril de 2008

Olvidando Irak


Hay una escena en Redacted, de Brian de Palma, en la que un soldado graba la violación de una joven iraquí a manos de dos de sus compañeros. Dicho momento, que precede a la huída del militar, encierra en sí mismo una de las grandes metáforas que pueden hacerse sobre el dramático conflicto de Irak: el hundimiento moral de un Mundo que, ante una barbarie, optó por limitarse a mirar, negar con la cabeza, y apagar la televisión un instante después.

El conflicto de Irak ha sido contado de un modo distinto al de otras guerras. Lejos del enfoque imperceptible, la mera propaganda, la leyenda, el cuentagotas o la uniteralidad, Irak es reportaje a campo abierto, contacto físico, primer plano, presente, vídeo casero, Internet, youtube, opinión. La verdad no debe ser contada pues, a través de muchos medios, ésta tira abajo cualquier muro, se nos pone delante y nos exije una postura moral. Ya no hay héroes o villanos. Hay verdad. Ya no hay leyendas. Hay verdad. Es fea, tosca, llena de polvo, de sangre, de un tono crudo, que es claro en la noche y oscuro en el día.

No es casualidad que la obra citada al inicio de este texto, Redacted, plantee el papel de la verdad en el conflicto. Quien vea esa película, asistirá a un collage de snuff movies, cintas de cámaras de seguridad, vídeos colgados en Internet y similares. Hay una postura moral, pero ante todo hay una reivindicación de la verdad. Una de las pretensiones (fallida en determinados momentos) de Brian de Palma es explicar que hay muchas formas de plasmar la realidad, y que la interconexión mediática que vive la humanidad es una de ellas. Todos podemos ser portadores de una cámara, narradores improvisados, y hasta creadores de opinión. Todos somos testigos y activistas. Todos podemos formar parte del relato de una guerra, contarlo y observarlo.

Al acabar Redacted, una pregunta secuestra la mente. ¿Hemos empezado a olvidar lo que ha pasado y sigue pasando en Irak? ¿Ha fallecido ya el recuerdo de semejante barbaridad? ¿Hemos olvidado que puede destruirse un país, con una (falsa) excusa como motivo, y la complicidad del resto? ¿Haremos pagar por Irak? ¿O ya hemos vuelto a negar con la cabeza antes de cambiar de canal? ¿Aceptaremos que Irak puso precio a la vida, y que a todos nos pareció barata?
Háganme un último favor. No se acuerden nunca de olvidar.

domingo, 6 de abril de 2008

La Parodia como Acto de Desidia

La labor de Mel Brooks o David Zucker en el terreno de la parodia logró, mediante obras tan reseñables como El Jovencito Frankenstein o Aterriza como Puedas, convertir este floreciente género en una alternativa excelente para los paladares sensibles a la comedia. Una de las premisas de películas como las ya comentadas era estar dotadas de una estructura propia, alimentada constantemente por gags que, en su mayor parte, parodiaban escenas de otros films. Así, el resultado solía ser una película con vida y personalidad propia, en la que la parodia se forjaba en lanzar guiños afilados a la memoria del espectador.

Durante los últimos años, hemos visto una involución preocupante del género de la parodia. La demanda de este tipo de cine ha sido creciente en Estados Unidos, y se ha convertido en un producto recurrente, con función de anuario, en el que las obras más destacadas a nivel comercial suelen ser parodiadas, salvo en casos como la inspirada Scary Movie 3, en un lamentable collage. Dentro de la hornada del cine de parodia contemporáneo, es obligado destacar las figuras de dos de sus directores/guionistas estrellas: Jason Friedberg y Aaron Seltzer. Víctimas del alocado proceso que ha convertido este género en una máquina imparable y devastadora de hacer películas, el dúo de directores había firmado, durante los dos últimos años, las infumables Date Movie y Epic Movie, en las que, con dudoso gusto pero buena recaudación, ejercieron el noble arte de la parodia.

La última aportación de Friedberg y Seltzer al Séptimo Arte llegó hace poco a nuestras pantallas. Les hablo de Casi 300, confirmación del desastre que pueden acarrear las prisas o la crisis de guiones decentes a la hora de producir películas. Hasta el momento, les he hablado del cine de parodia como de un collage de "homenajes" a otras películas. Casi 300 va un paso más allá, y se centra en parodiar, salvo algún guiño puntual, una sola película. Casi 300 copia y pega, de modo íntegro, la estructura de la película 300, parodiándola escena por escena, en lo que constituye uno de los mayores ejercicios de desidia creativa que hayan podido encontrar jamás en una película. Casi 300 es tan mala, que eleva la falta de calidad a proporciones desconocidas. Para componer sus escenas, tira de tópicos escatológicos, sexistas y, permítanmelo, exageradamente cutres, en lo que constituye un intento desesperado por llegar a los 90 minutos de metraje sin hacer demasiado el ridículo. Lamentablemente, el ridículo es inevitable.

Confieso mi reconocimiento hacia Jason Friedberg y Aaron Seltzer. Poner su firma en esta película, permitiendo a los productores el uso de sus nombres en los títulos de crédito, es un ejercicio heroico. Mucho más que el de defender las Termópilas de los persas con 300 efectivos. Incluso que defenderla con 13.

viernes, 4 de abril de 2008

Econópolis - Capítulo VIII - Decálogo del Hipotecante (y II)

Estimado hipotecante,

Si leyó la anterior entrega de Econopolis créame si le digo que está casi preparado para ir a entrevistarse con su entidad financiera. A estas alturas, ya sabemos que una buena hipoteca es mucho más que una cuota inicial reducida, o que un atractivo numerito al lado del indigesto Euribor. Aun así, no me conformo, y quiero que vayan a por nota. ¿Qué les parece si lo rematamos?

6 - ¿Necesito que hagan mi trabajo por mí?

Una de las principales decisiones que debemos tomar antes de acudir a un banco es la de decidir si estamos dispuestos a asumir el esfuerzo de buscar la Entidad o si, por el contrario, preferimos que un intermediario (normalmente facilitado por la inmobiliaria que haya gestionado la venta del piso) se encargue de todo. Es evidente que la búsqueda, comparación y elección de una buena oferta conlleva un considerable esfuerzo, y un gasto importante de tiempo. Es también cierto que los intermediarios suelen tener un mayor poder de negociación con los bancos, con lo que, hasta hace poco, podíamos encontrarnos ante la siguiente paradoja: (*) Una entidad puede denegarnos una hipoteca que habría concedido de haber sido presentada por el mencionado intermediario.

Considerando estas dos presuntas ventajas (ahorro de tiempo/mayor facilidad para conseguir el préstamo), es el momento de compararlas con los dos costes principales que nos podemos encontrar:

1 - El pago de una comisión altísima al intermediario ¿Vale 4000 €, 6000 € esa gestión?

2 - La ocultación de información importantísima acerca de nuestra hipoteca. De cara a asegurar su comisión, el intermediario nos informará de aquellas condiciones que resulten más ventajosas pero, a no ser que nos interesemos por el resto de variables, podemos acabar firmando una operación de la que desconozcamos la mayor parte. -¿Cómo que revisión? ¿Y esta comisión? Pero si el chico de la financiera me dijo que sólo pagaría..-

Desde el momento en que se firma la hipoteca, sepa que la relación se limitará exclusivamente a la entidad financiera y usted. Nadie responderá por aquello que se habló en su día. El intermediario, que era su interlocutor, desaparece. ¿Moraleja? Inviertan tiempo y esfuerzo en buscar ustedes mismos su entidad. Ya que van a hipotecarse con ellos, negocien ustedes directamente sus condiciones.

(*) Afirmación dudosa a día de hoy, ya que la crisis del sector ha llevado a los bancos a cerrar las puertas a la mayor parte de operaciones hipotecarias. Las entidades, los últimos años, veían con buenos ojos cooperar con los intermediarios financieros. La lógica era sencilla: Me interesa colaborar porque me interesa conceder hipotecas. Si acepto todas las operaciones que me traiga un intermediario, éste verá con buenos ojos seguir trabajando conmigo, llegando incluso a trabajar con casi total exclusividad. ¿Es válido esto a día de hoy? Rotundamente, no.

7 - Comisiones

Las comisiones cobradas por la entidad financiera por causa del préstamo hipotecario suelen ser de cuatro tipos: Comisión de Apertura, Comisión de Estudio, Comisión por Amortización Anticipada, y Comisión por Subrogación. En este punto estudiaremos detenidamente qué significan.

A - Comisión de Apertura

Es la comisión cobrada por la entidad financiera en el momento de aperturar el préstamo hipotecario. En los últimos tiempos, gracias a la creciente competencia entre bancos, hemos visto como muchas entidades han eliminado esa comisión. Sin poder fijar un baremo, pueden considerar que toda comisión que supere el 0,50% del capital prestado es excesiva.

B - Comisión de Estudio

Es la comisión cobrada por la entidad financiera por llevar a cabo el estudio de la viabilidad de su hipoteca. Seré breve. Sería un insulto si se la cobran.

C - Comisión de Amortización Anticipada

Es la comisión cobrada por la entidad financiera en el momento de cancelar (amortizar) una parte del préstamo. Se calcula SOBRE EL CAPITAL AMORTIZADO, no sobre el capital concedido inicialmente. Podemos dividirla en parcial (si sólo adelantamos parte del dinero), o total (si cancelamos el capital que quede pendiente en su totalidad).

Por ley, los bancos no pueden cobrar más del 0,50%, pero ustedes pueden negociar. Especialmente importante es que se centren en la comisión por amortización anticipada. De cara a pagar menos intereses, y con el fin de beneficiarse al hacer su declaración de la renta, muchas personas optan por realizar amortizaciones periódicas. Negocien, sin ningún temor, que la comisión por este concepto sea del 0%.

D - Comisión por Subrogación

La subrogación es una vía que permite traspasar la hipoteca de un banco a otro sin necesidad de incurrir en la mayor parte de gastos que precisa el cambio tradicional (cancelar en una entidad, aperturar en otra).

Ante la presencia de esta atractiva fórmula, los bancos han incorporado la comisión por subrogación, que es aquella que deberemos pagarle al banco de origen si decidimos traspasar nuestra hipoteca a otro banco. El valor máximo que establece la ley, al igual que en el caso anterior, es del 0,50%.

8 - La Provisión de Gastos

En el momento en que efectuamos la compra de un piso, y nos hipotecamos con una entidad financiera, debemos afrontar una serie de pagos que, a efectos de cálculo, hemos de considerar aparte del importe que vamos a pagar por el inmueble. Hasta hace poco, gracias a la generosidad que existía al tasar los pisos, era habitual presenciar operaciones hipotecarias en las que, además de la compra del piso, la entidad financiaba el total de los gastos. Todo cabía en la hipoteca.

Hoy en día, las cosas han cambiado, y las entidades suelen limitar la financiación al coste de compraventa. Como veremos en un ejemplo, es útil aproximar ese importe alrededor de un 10% del precio del piso. A efectos prácticos, debemos considerar que esa es la cantidad mínima que deberíamos tener ahorrada antes de pedir una hipoteca. Teniendo en cuenta el descenso que se ha producido en las tasaciones, si no podemos asumir los gastos, es mejor esperar a otro momento.

A continuación, veremos un ejemplo práctico, aplicable a las ciudades de Madrid y Barcelona, para detallar todos los conceptos que entran dentro de la provisión de gastos.

Ejemplo : Compramos un inmueble de segunda mano en Madrid, por 240.000 €. Solicitamos un préstamo hipotecario a nuestra entidad, por valor de 216.000, ya que aportamos 24.000 € a la operación. Nuestro banco nos aplica una comisión de apertura del 0%.

Gastos Hipoteca (**)

Impuesto de Actos Jurídicos documentados: 13.021,00 euros
Comisión de apertura: 0,00 euros
Tasación: 237,80 euros
Notaría: 825,00 euros
Gestión: 250,00 euros
Registro: 411,00 euros

Gastos totales de hipoteca: 4.744,80 euros

Gastos Compraventa (**)

Impuesto de Actos Jurídicos Documentados : 0,00 euros
I.T.P. (Impuesto Transmisiones Patrimoniales) : 16.800,00 euros
Registro: 410,00 euros
Notaría: 655,00 euros
Gestión: 250,00 euros

Gastos totales de compra-venta: 18.115,00 euros

GASTOS TOTALES OPERACIÓN: 22.859,80 € (9,52% del valor de compraventa)

Vemos que, en el caso referido, los gastos totales, sin contar el coste de los seguros que contratemos al margen de la hipoteca, ascienden a casi un 10% del valor de la compraventa. Debemos aclarar que el impuesto de transmisiones patrimoniales, que en el ejemplo asciende a 16.800 €, está calculado a un 7%, valor que se vería reducido a un 5% si los compradores son menores de 32 años. Ello implicaría reducir el citado impuesto a 12.000 €, con lo que la suma total ascendería a 18.059,80 € (un 7,52% del valor de la hipoteca). En ocasiones, ser joven tiene sus ventajas.

(**) Datos extraidos gracias al simulador de www.bankinter.com

9 - El Valor de mi Firma

¿Se han preguntado alguna vez cuánto vale su firma? Para contestar a esta respuesta, deberían preguntarse primero cuántas veces han firmado documentos sin leer la letra pequeña. Les digo esto porque, cuando vayan a firmar su préstamo hipotecario, firmarán muchos documentos que no han leído con anterioridad. Es tal la emoción del momento, que lo firmarán todo. Bajen la guardia, y verán al director del banco sacando papeles sin parar. "Éste es el plan de pensiones del que hablamos". -Y tal vez no habían hablado de ningún plan de pensiones- "Éste es el seguro de vida" -T tal vez habían dicho que lo mirarían después de un tiempo-. Unos días después, despertarán del sueño, y pensarán. ¿Qué carajo firmé aquel día?

Mi consejo al respecto es breve. Limítense a estampar la firma en las escrituras, y tómense unos segundos de reflexión antes de firmar ningún documento. No cuesta nada decirle al director del banco "Me pasaré la próxima semana y miramos todo lo demás", y es posible que se ahorren mucho dinero. Moraleja : No firmen nada que no hayan leído.

Epílogo - ¿Qué es la Crisis Hipotecaria?

Terminaré este decálogo contándoles un caso muy frecuente. La llegada de inmigrantes a España ha incrementado considerablemente el volumen de hipotecas concedidas por los bancos en los últimos años. Muchos inmigrantes han seguido el ejemplo de sus compatriotas, que invirtieron en un piso hace unos 10 años, y lo vendieron posteriormente por un valor superior, sacando un beneficio suficiente como para volver a su país, y mejorar su calidad de vida. El problema actual es que, quienes han tomado la decisión de invertir en un piso durante los últimos años se encuentran conque,
  • El piso que compraron ha bajado de valor, con lo que esperar a obtener un beneficio de su venta es, en estos momentos, una utopía.
  • Tienen una hipoteca que, tras la subida del Euribor, apenas pueden pagar, conviertiendo su vida en algo más precario que la que tenían antes de venir a España.
  • Su estabilidad laboral cada vez es más preocupante. Recordemos que muchos de ellos trabajan en un sector tan afectado por la actual crisis como la construcción.

¿Qué solución le queda a estas personas, que se ven atrapadas en un callejón sin salida, con una deuda que no pueden asumir, ni por importe, ni por plazo? ¿Cómo se les explica que cometieron un error dramático? ¿Podrán volver a sus países, tal y como tenían previsto? Espero que este ejemplo, tan breve como real, sirva para ejemplificar lo que, en muchos medios de comunicación, se conoce como CRISIS HIPOTECARIA.