sábado, 8 de diciembre de 2007

Econópolis (parte I)

Me presento. Soy Ángel y, por un error del destino, acabé trabajando en una Caja de Ahorros. Ello me ha convertido en el enésimo ciudadano harto de su trabajo, pero también en un espectador de lujo ante lo que podría definirse, si me lo permiten, como el "Ascenso y caída del ciudadano de a pie". Algo ha pasado en el bolsillo de la gente en los últimos años. Yo lo he vivido de cerca, y quiero compartirlo con ustedes. Abróchense el cinturón. Acompáñenme en este viaje. Sean bienvenidos a Econópolis.

La Paradoja del Nuevo Rico

El ciudadano, habitualmente, es inculto e inexperto en temas bancarios. Cuando consulta condiciones para un préstamo, suele prescindir de los cientos de datos que los individuos como yo pretendemos explicar, y se quedan con el importe a pagar cada mes. Si nos fijamos en los tipos de interés, observamos que su evolución, desde el año 2003, ha sido ascendente, hasta el punto en que cerraremos el año 2007 con una tasa que duplica la de hace cuatro años. Esto son números y datos inútiles. Trasladado a la realidad, esto implica que una hipoteca de 240.000 € a 35 años cuesta, mensualmente, 400 € más al bolsillo del pobre prestatario.

Hace cuatro años, comprarse un coche, financiar una televisión, o adquirir un piso era, en términos bancarios, barato. Mis padres se hipotecaron hace más de 20 años, y los intereses superaban el 15%. Con esto pretendo decirles que, pese a la subida, los tipos de interés siguen siendo bajos. El problema principal ha sido la subida de precios. Ya la comentaremos en otras entregas, pero comprarse pisos de 300.000 € ganando 1000 o 2000 al mes ha sido, es y será una aventura muy arriesgada. Podríamos decir que el mercado, al abrirse y aprovechar los bajos tipos de interés, generó una demanda brutal en términos de vivienda (y, por ende, de hipotecas), lo que fue aprovechado por promotores y bancos para crear una burbuja que ha acabado con el ciudadano hipotecándose (sin saberlo) por encima de sus posibilidades. ¿Por qué por encima de sus posibilidades?

Cojamos un ejemplo:

Carlos y Silvia se compraron un piso hace 4 años. Les costó 180.000 €. Fueron al banco a pedir condiciones para su hipoteca. Eran jóvenes, poco ahorradores, y no aportaron nada. Pidieron 198.000 € (precio de compra más gastos), y les hicieron una hipoteca a 30 años.

Les salió una cuota a pagar, durante los 6 primeros meses, de 800 €. Dado que entre los dos ganaban unos 2500 € al mes, sus caras al salir del banco fueron de felicidad. ¡Cariño, si hasta podremos pedir otro préstamo para comprar muebles, e irnos a vivir cuanto antes al piso! ¡Incluso no hace falta que vendas el coche que te acabas de comprar! Sólo te quedan 6 años por pagarlo. Total, por 210 € más al mes.. Podemos hacerlo.

Bien, como ejercicio, les diré lo que pagan ahora. Pongamos que han amortizado, siendo generosos, unos 10.000 € de capital durante estos años. Les quedan 26 años para pagar su hipoteca. Un simulador estándar me dice que ahora pagan 1160 €. Sumamos los 210 € del coche, que aún tienen pendiente de pago. Seamos generosos, y pensemos que "ya" cobran 3000 € al mes. [ya hablaremos de los salarios, no teman] Voy a asumir (por experiencia) que no han querido/podido ahorrar nada durante estos años. ¿Saben qué? Casi la mitad del sueldo se les va en cuotas de préstamos. Y esto, olvidándome de tarjetas de crédito (hay que mantener el nivel de vida al que tan acostumbrados estamos) y demás gastos. No les aburro más con cifras. ¿Saben cual es la conclusión? Que empiezan los números rojos, y las dificultades para llegar a fin de mes.

Intentaré explicar qué es lo que ha ocurrido con Carlos y Silvia. Hay dos aspectos : Uno ante el que no pueden hacer nada (la hipoteca ha subido), y otro que podían haber evitado (previsión) En su momento, el banco les hizo una hipoteca que podían pagar. Como, en aquel momento, el entorno era favorable, y no había motivos (o sí los había, pero no se les dijo) para pensar que iba a cambiar en pocos años, ellos aceptaron las condiciones, se compraron el piso, se despreocuparon de un posible cambio y, a la hora de echar cuentas, sólo tuvieron en cuenta cómo estaban en aquel momento. Ahora la situación ha cambiado, algo que, obviamente, no es culpa suya, pero se ha visto agravada por el siguiente hecho : no han sabido prescindir de su nivel de vida y ajustarse el cinturón ante la posible llegada de tiempos peores.

Hablé de la paradoja del nuevo rico, y la definiré lo mejor posible. El ciudadano mide su riqueza por su capacidad de gasto, olvidando el ahorro. Si puedo gastarme cada mes X dinero, me sentiré rico, aunque en el banco no tenga un euro. Muchos ciudadanos viven lastrados por la incapacidad de ser ahorrativos y prudentes a la hora de gastar. Yo he visto a mucha gente despreciando verbalmente el ahorro, y diciendo que "El dinero está para gastarlo" o "Yo prefiero quemar mi sueldo que guardarlo para mañana" Respetable, pero sean igual de viriles a la hora de atenerse a las consecuencias. ¿Qué ocurre? Llega una subida de intereses y, por ende, de la hipoteca y, como ya no podemos gastar tanto como antes, nos sentimos mucho más pobres. ¿Saben la paradoja? En muchos casos, el dinero que tenemos ahorrado es el mismo de hace 4 años. Lo malo es que ya no podemos irnos a cenar fuera cada fin de semana. Ni comprarnos el último modelito de Zara.

Aclaro que el ejemplo de Carlos y Silvia es muy prudente. La efervescencia de los tipos de interés empezó hace unos dos años y, en las grandes ciudades, ya había gente pagando 300.000 € por un piso. El Banco dio alternativas, de las que hablaremos en el próximo episodio, pero intenten proyectar los datos que les he dado en montes de 300.000 o 360.000 €. Imagínense. O no imaginen. Ya se lo digo yo. Más de 300 € de subida en un sólo año. Casi nada. Ya les contaré la forma de arreglarlo. Para algo trabajo donde trabajo.

Moraleja : Si se ven con fuerzas de entrar en una hipoteca, sepan que lo hacen para toda la vida. Les adelanto que el último episodio de Econópolis estará lleno de consejos para mis queridos conciudadanos. De momento, les aconsejo prudencia, apretarse el cinturón y ser conscientes de dónde se meten. Pueden salir adelante, pero háganlo con cabeza.

Esta es la primera parada en Econópolis. El viaje no ha hecho más que comenzar.

Un saludo.

1 comentario:

imaginauta dijo...

Me deprimiste. En serio.