domingo, 9 de marzo de 2008

La Tortuga de la Suerte

Fue mientras aspiraba el aroma a madera de una canoa recién tallada. Mientras escuchaba el sedoso trinar del viento. Fue quien menos esperaba. Fue la tortuga de la suerte. Intrascendente y casual. Le bastó mirarme. Le bastó hablarme. -Ángel, ¿No es suficiente?-

Tal vez lo sea.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con tus palabras nos descubres mundos nuevos, lugares nuevos, ya sean reales, que vemos, sentimos y nos maravillamos a través de tus ojos y tus palabras; ya sean imaginarios, a los cuales nos transportas, haciendo que queramos que nuestra estancia sea larga, que deseemos demorar el momento de regresar al mundo real, donde nos vemos sentados leyendo tus palabras. Nos trasportas a tantos mundos, donde sentimos tantas cosas, donde vivimos aventuras y siempre deseamos que llegue la siguiente para poder continuar..........................¿soñando?, quizá, pero siempre parecerá real, cercano, tangible.........

Solitaria.

Linkk dijo...

Gracias por escribir algo así. Y no te lo preguntes. Sueña. Sueña hasta que la aventura sea la que te apetece vivir.