sábado, 22 de marzo de 2008

Taxi, 2 a.m.

No es extraño que la noche sea el escenario donde mejor luce el intenso amarillo de los taxis. A las 2 de la mañana, en pleno centro de Barcelona, nos dio por coger uno esta misma noche. Entramos. Al volante, una mujer. Ocupamos las 4 plazas. Se inicia la ruta y, tras un par de minutos, surge la televisión como centro de la tertulia. La taxista, atenta, quiso dar su punto de vista. "¿Y eso merece la pena? ¿Qué véis, a los de granhermano.com?" Fue sólo el inicio. Tras tan efímero comentario, surgió una explosión. Metralla de palabras, de expresiones, de agresiva prosa.

"Yo tengo tres pasiones en la vida: mi niña, los libros y conducir"
"El otro día cogí a una señora con la que me tuve que morder la lengua. Decía que los libros eran caros. Llevaba uno de un presentador en el que se había dejado 50 euros. Yo soy el vendedor, y le cobro 100"
"¡Necesito decir tacos! ¡Dejadme, porque a estas horas, lo necesito!" -en buen momento le dije que se liberara-.
"Hay quien tiene los libros sin desenvolver, para hacer bonito en la estantería"
"Esta gente no tiene ni criterio y, encima, tiene derecho a voto. Luego nos quejamos"
"Los que no votan son los que tienen criterio. Tienen el criterio de no votar"
"Imaginad como está la TV, que el otro día vi un programa de física y química y me resultó ameno"
"Vosotros tenéis que currar para mantener a mi niña, igual que yo he currado para manteneros a vosotros"
"¿Vosotros de qué curráis, panda de frikis?"
"¿Tu trabajas sentado? A tí no te gusta trabajar, ¿no?"
"Si yo trabajara de lo tuyo, aceptaría si me dan una ametralladora de antemano"
"Tú, el banquero, paga tu parte de la carrera"

Barcelona, 22/03/2008; 2:00 a.m.

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