lunes, 5 de mayo de 2008

Gloria


El blanco se ennegrecía con el barro. Se enrojecía con la sangre. Se hacía piel entre azotes de lluvia. Faltaban minutos. Faltaban segundos. Era imposible. Había que vestirse de héroe. Era su momento. Eran uno menos. Me olvidé del ensangrentado. Eran dos menos. Daba igual. Apostaron a cara o cruz. A ganar o perder. A convertir cinco minutos en un libro de gloria y victoria. Acorralaron al campeón, y éste se revolvió lleno de furia. Fue silencioso en el primer golpe. Directo, breve, dañino. Apenas se abrazaron. Se miraron. ¿Queréis ganar tanto como yo? Se contestaron sin usar la voz. Fue una mirada. Fue un loco defensa retando a todo un equipo. Fue un africano, a su lado. Fue un argentino. Fue Gardel, en el tango. Fue Maradona, en la gloria. Fue Frodo, en el imposible. Fue el Che, si me apuran. Fue Higuain. Fuisteis vosotros. Fuiste tu. Fui yo. Le dimos todos. No fue el pie. Fue el alma. Metió el balón. Y al portero. Y lo sacó todo. Sacó el grito, el abrazo. El tuyo, el mío, el nuestro. Se vistió de Real Madrid para ganar como él. Contra la historia y por la historia. Contra el reloj que avanza. Contra el rival que se aparta para no sucumbir al huracán. Con la lona en cuesta. Con minas en el campo. Con lluvia. Contra todo. Contra todos. Gol. Gloria. Fin.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde luego que no se puede describir mejor el triunfo que vivimos ayer todos los madridistas, porque fue eso un triunfo de todos, Higuain metió el gol, sabía que todos los seguidores con nuestra mente le impulsariamos, que todos sus compañeros con su confianza le ayudarían, y así fue simplemente mágico, maravilloso; contra todo el Real madrid se alzó demostrando su maestria, su señorio y todo con un toque de humildad.


Solitaria.