viernes, 22 de febrero de 2008

ESPECIAL "OSCAR 2008" - PARTE III - MICHAEL CLAYTON

MICHAEL CLAYTON, por Ángel


Michael Clayton encierra su esencia en las dos escenas más notables de su metraje. En la primera, el personaje interpretado por George Clooney abandona su coche, buscando descanso y tranquilidad en un furtivo encuentro con tres caballos salvajes. Poco antes de acabar el film, la escena se repite, esta vez dentro de un taxi. “No voy a ninguna parte. Aquí tiene 50 dólares. Simplemente conduzca”.

El motor que mueve el debut en la dirección de Tony Gilroy es, al margen de la denuncia de las oscuras prácticas de las grandes empresas, la búsqueda de paz de un experto navegante en mares de, con perdón, mierda y corrupción. Michael Clayton es un abogado lleno de dudas, incertidumbre, aire taciturno y dudoso rumbo. Michael Clayton está cansado. Cansado de todo. De su vida, de su trabajo, de sí mismo. Clooney lo sabe, y ofrece un trabajo sobrio, más cerca de la austeridad que de una heroicidad que nada tiene que ver con su personaje.

Michael Clayton es cíclica. Abre dos frentes desde el final, el que atañe a la denuncia y al propio Clayton, y los desarrolla con frialdad (no entendamos esto como defecto, sino como cualidad) y contención, en un viaje que, al final, acaba volviendo sobre sí mismo para rescatar la escasa ética que pueda quedar en el mundo. El interés que despierte en el espectador es lo que determinará que quede en el recuerdo o sea borrada al instante de su memoria. Mucho me temo que, a pesar de sus virtudes, sea éste su destino en mi interior. Es, en mi opinión, el patito feo de la presente edición de los Oscar. Un nuevo peón en la fábrica del cine de denuncia con el que parte de Hollywood se convence a sí misma de sus convicciones políticas.

No hay comentarios: