Las vacaciones tienen algo de perverso. Son un cine en el que proyectan un documental sobre tu día a día, pero aliñado con el privilegio de mirar desde fuera. Aun cerca del mundanal ruido, uno no es parte de la ciudad, sino un turista que se acerca a un entrañable agente de policía para hacerse una foto con él. A propósito, ¿Creen que se molestó? Deberían haberle visto diciendo "Say Money", mientras miraba sonriente al objetivo.
Era una jornada sin número en el calendario. Los mitos de la ciudad salían a nuestro paso, hundiendo las huellas del pasado en mares de aliento contenido. Recortando su silueta en medio del mar, esperaba en medio de su islote la Estatua de la Libertad. Llegar hasta ella implicaba cruzar la ciudad de norte a sur, llegar hasta el puerto y coger un Ferry. Hartos de esperar el autobús, bajamos al subsuelo para coger el metro. En Nueva York, el tren subterráneo hace honor a su naturaleza e, incapaz de competir ante el deslumbrante espectáculo de las calles, serpentea vestido de tren gastado y meramente funcional. Tras un rápido trayecto, alcanzamos el Downtown y, tras pasar por una Zona Cero que trabaja contrarreloj por rellenar su vacío con ruido y hormigón, encontramos sin problemas el sendero hacia el muelle.
La cola de espera fue bastante más corta de lo previsto, y pronto montamos en el Ferry que nos conduciría hasta la Estatua de la Libertad. Navegamos durante poco tiempo, que fue suficiente para observar la curiosidad del turista oriental. Es éste un ser con una fuerte tendencia a fotografiarlo absolutamente todo. Da igual retratar un rascacielos que el pantalón del vecino. Todo merece un golpe de flash.
Poco a

Tras hacer fotos, visitar una tienda y tomar un granizado, abandonamos tierra firme. El ferry nos conduciría hacia Ellis Island, un islote situado en el puerto de Nueva York que acabó siendo, a finales del Siglo XIX, la principal aduana de la ciudad. En un gran tributo a la historia, se ha aprovechado el edificio principal para ofrecer un recorrido por el pasado, en el que es posible buscar antepasados, rostros anónimos y revivir experiencias de los que llegaron con un sueño como equipaje.

Ángel.
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